La luna brillaba más que nunca, creando un
camino desde las aguas hacia ella, alumbrando el camino que debía recorrer. La
espesa niebla cumplía su función como muros, paredes que rodeaban el camino.
Las nubes observaban tal cual espectadores, mientras tanto yo corría, corría
hacia el camino hecho por el cielo, corría como si mi vida dependiese de ello.
Al final del camino la encontré, sentada bajo el reflejo de la luna. Su piel se
veía mucho más pálida desde la última vez que la vi y su cabello rubio se veía
reflejado por la luz de la luna
-¿Qué haces aquí?
-Solo he venido a verte brillar- Dijo con una
luz en sus ojos- Como cada noche.
-Sigo sin entenderte, sigues viniendo aquí y
lo único que consigues es sufrir.
-Si no puedo tenerte, al menos déjame verte.
-Niall…
-Micky… Te has ido hace menos de un mes, no
puedes esperar que te supere de la nada.
-Sigues abriendo tú herida cada vez más, en
vez de dejarla sanar.
-Empiezo a creer que no me quieres aquí.
-Intento hacerlo por tu bien Niall.
-¿Por mi bien? Ja- Una risa sarcástica salió
de su boca.
- Sí, debes conocer al amor de tu vida,
disfru…
- Tu eres el amor de mi jodida vida Micky- Grito
interrumpiéndome- No sabes cuánto quiero abrazarte en este mismo momento.
-Sabes que los espíritus no podemos sentir, ni
hacer sentir nada.
- Lo sé, me tengo que ir…
- Niall.
-No Micky, nos vemos mañana.
Y así, sin más, me marche de allí. De la playa
donde habita el espíritu del amor de mi vida, que por cosas del destino, ya no
se encuentra con nosotros.
Cada noche voy a verla y cada madrugada la
lloro una y más veces… Y sin dudas hoy no sería la excepción...
- The Ocean
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